Estaba preparándome un café —mi ritual sagrado para engañar a la vida y creer que tengo el control—, cuando me acordé de esa frase típica: "Si el plan A no funciona, tranquilo, el abecedario tiene más letras". Y pensé: ¡qué reconfortante! Aunque, seamos sinceros, a veces ni llegamos al plan B, y ya estamos sacando el plan Z en modo "sálvese quien pueda" 🔥😂.
Se han fijado que en la vida siempre arrancamos con grandes expectativas, como cuando uno intenta hacer pancakes perfectos: el primero queda raro, medio chueco, y terminas comiéndolo directo de la sartén para borrar la evidencia. Pero después, los siguientes ya van tomando forma. La clave está en no rendirse... o al menos en no quedarte pegado lamentando el desastre inicial.
Lo mismo pasa con los proyectos, el amor o hasta con las plantas que uno intenta cuidar (pobre ficus, nunca tuvo chance 🌱💀). Plan A no siempre es "el bueno", pero es el que te enseña qué no hacer para que el plan B o C no se estrelle igual de fuerte.
La gracia del abecedario es que tiene 27 letras (¡gracias Ñ, nunca te valoramos lo suficiente! 😂), y eso nos da muchas oportunidades para improvisar y probar. Si llegas al plan X, no te preocupes, estás en modo creativo avanzado, y ahí es donde empiezan las mejores historias.
Así que ya saben, cuando el plan A se venga abajo, celebren que todavía queda abecedario. ¡Y si lo agotan, siempre pueden inventar letras nuevas!
Bueno, los dejo que tengo que ir a salvar mi segundo pancake. El primero… se sacrificó por la ciencia. 😅 ¡Hasta pronto, pórtense mal pero con estilo! ✨
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