Cuando un líder se para frente a su equipo, tiene dos caminos: decir lo que todos quieren escuchar o decir la verdad, aunque no sea cómoda. En muchos lugares de trabajo, la falta de sinceridad por parte de la gerencia genera incertidumbre, rumores y desconfianza. Pero cuando un líder es honesto, incluso en tiempos difíciles, fortalece la relación con su equipo y construye una cultura basada en la transparencia.
La honestidad en el liderazgo no significa solo decir la verdad, sino hacerlo con empatía y claridad. Un buen líder no es aquel que oculta problemas para evitar incomodar, sino el que los enfrenta y comunica de manera que el equipo pueda prepararse y adaptarse. Si una empresa no podrá dar aumentos este año, lo mejor no es disfrazarlo con excusas, sino explicarlo con fundamentos y ofrecer alternativas para el crecimiento profesional de los empleados.
Los equipos valoran más a un líder que admite desafíos y busca soluciones en conjunto que a uno que maquilla la realidad con discursos ambiguos. La confianza se construye cuando la gente sabe que puede contar con información clara y coherente.
Como dijo Warren Bennis: "El liderazgo es la capacidad de traducir la visión en realidad, y eso solo se logra con confianza."
▸ ¿Prefieres un líder que sea siempre honesto, aunque la verdad sea dura, o uno que suavice la realidad para evitar preocupaciones?
▸ ¿Cómo afecta la falta de honestidad en un equipo de trabajo?
▸ ¿Has trabajado con líderes que se destacan por su transparencia? ¿Cómo fue esa experiencia?
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