Me estaba tomando una cerveza mientras trataba de acordarme de una contraseña que juraba haber guardado en un post-it... pero el post-it había desaparecido misteriosamente. Ahí, entre sorbo y sorbo, me vino la iluminación: ¡la gestión de secretos en DevOps, po hombre! 😅
Se han fijado que en los equipos de DevOps, la paranoia es parte del desayuno. Porque claro, uno puede automatizar despliegues, pipelines, servidores mágicos que se autoconfiguran... pero si metís las credenciales en el código, ¡te van a funar más rápido que un tuit de hace 10 años! 💣📉
La gestión de secretos es básicamente esconder tus contraseñas, tokens, claves API y otros encantos oscuros lejos de miradas curiosas (y de tus propios desarrolladores flojos, que les gusta copiar y pegar). Para esto usamos herramientas como Vault, AWS Secrets Manager, o GitHub Actions Secrets, que son como el horóscopo de la seguridad: no sabés si te están ayudando o solo dándote calma, pero al menos dormís mejor 😌🔒.
Les cuento una cosa: una vez un colega subió sin querer la clave del servidor productivo a GitHub. El bot de seguridad chilló como chancho en matadero, y en menos de 2 minutos ya habían entrado rusos, coreanos y probablemente un señor de Rancagua. Desde entonces, usamos almacenamiento de secretos con rotación automática y acceso mínimo. 🐒🕵️♂️
✨ Regla de oro: tus secretos no deben estar ni en el código, ni en variables de entorno públicas, ni en ese cuaderno que dejaste al lado del microondas. Nunca. Jamás. Ni aunque tengas hambre.
Ya bueno los dejo que tengo que ir a resetear un par de claves antes que el bot empiece a gritar de nuevo. Y recuerden: el mejor secreto... es el que ni tú mismo sabes.
Hasta pronto, pórtense mal pero en entorno de staging nomás 😎🔥
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