Estaba divagando mientras miraba una mancha de café en mi polera —que curiosamente parecía un mapache haciendo yoga— y me acordé de esas entrevistas de trabajo medio esotéricas donde te muestran manchas tipo Rorschach, y uno tiene que decir lo primero que se le viene a la mente... ¡como si adivinarle al psicólogo fuera parte del contrato! 😅
Les cuento una cosa: hay entrevistas donde el ambiente se transforma en una mezcla entre sesión de tarot y terapia breve. Te muestran una mancha y te preguntan: “¿Qué ves aquí?” Y uno, que solo quiere el trabajo, se siente tentado a decir cualquier cosa aceptable: “Un cisne volando hacia sus metas”, o “un equipo colaborativo en plena sinergia”. Pero por dentro uno piensa: “es un perro derritiéndose sobre un teclado, como yo después de una reunión de dos horas sin café” 🐕💻☕
La verdad es que estas pruebas proyectivas, más que decir si eres un genio o un sociópata funcional, miden cómo te enfrentas a lo ambiguo, cómo elaboras ideas con poco contexto... lo que en realidad es bien parecido a esos lunes en que te tiran un proyecto sin documentación. Así que en el fondo, sí tiene algo de lógica.
💡 Mi técnica personal es imaginar siempre algo medio positivo pero con un toque de humanidad: “veo a alguien abrazando el caos con dignidad”, o “es una idea que todavía no se define, pero está lista para ser programada”. Así sueno creativo sin parecer escapado del manicomio creativo de Silicon Valley 😎.
⭐ Reflexión en tinta: no importa tanto lo que veas en la mancha, sino cómo lo cuentas. La clave está en mostrar que podís pensar fuera de la caja... sin salirte del planeta.
Bueno eso sería todo, nos vemos cuando el café se vuelva terapia oficial en Recursos Humanos ☕✨.
Comentarios
Publicar un comentario