Me estaba sirviendo una cerveza —artesanal, por supuesto, con nombre impronunciable— cuando vi una tarjeta en el tablero de Kanban con tanto historial que parecía haber pasado por una guerra. Y ahí me dije: “¿Y si esta tarjetita fuera una rama de Git? ¿Y si su destino estuviera atado a una versión y un despliegue?”… ¡epifanía de viernes! 🍻💡
Les cuento: esto que propones no solo es posible, es hermosamente lógico. Se han fijado que muchas veces trabajamos como si Kanban fuera una cosa y Git otra, como si vivieran en dimensiones paralelas que apenas se saludan. Pero si logramos que cada tarjeta se convierta en una rama —por ejemplo, feature/TKT-123-agregar-login
— estamos armando una sinfonía entre gestión y código. 🎼🔧
✨ Así sería la danza:
-
Tarea en Kanban: alguien crea una historia o ticket (
TKT-123
). -
Rama GitFlow: nace una rama hija con ese nombre (
feature/TKT-123-nombre
) -
Commits traqueados: cada cambio se asocia con la historia, todo bien documentado.
-
Merge a
develop
omain
: cuando está listo, se hace el pull request. -
Versión: se incluye en una release numerada (ej:
v2.1.0
) -
Despliegue: esa versión se empuja a los ambientes como corresponde. 🎯
Esto te da trazabilidad absoluta. Puedes saber qué ticket está en qué rama, qué versión la contiene, cuándo se desplegó y si causó un incendio o no. 🔥😅
Y si además todo eso está automatizado con pipelines que toman las ramas correctas y despliegan según ambiente, ¡te podís ir a tomar esa chela con la conciencia tranquila!
Ya bueno, los dejo que mi rama fix/silla-coja
está lista para mergear. Hasta pronto, y recuerden: una buena rama nace de una buena historia. 🦡🌳🚀
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