La catarsis emocional es un proceso psicológico que consiste en liberar emociones intensas acumuladas, generalmente después de situaciones de gran tensión o conflicto. Este desahogo consciente no solo alivia, sino que también permite integrar lo vivido, darle un sentido y continuar con mayor claridad. En contextos laborales, especialmente en entornos de alta exigencia como el tecnológico, hacer catarsis después de resolver un gran problema no es solo saludable: es necesario.
○ Pensemos en ese equipo de desarrollo que trabajó contra reloj durante días para restablecer una plataforma caída. Cuando por fin logran resolverlo, la reacción inmediata suele ser el silencio o el siguiente reto. Pero el cuerpo, la mente y las emociones quedan activas, cargadas. Hacer una pausa grupal para verbalizar lo vivido —con humor, reflexión o incluso con enojo contenido— puede ser profundamente reparador.
▸ La catarsis compartida tiene además un valor simbólico: refuerza el sentido de comunidad. Decir en voz alta “¡Fue durísimo, pero lo logramos!” o “Sentí que no llegábamos, pero me apoyé en vos” ayuda a fortalecer vínculos y a consolidar aprendizajes.
• Ignorar este proceso puede llevar al desgaste emocional, la irritabilidad o el famoso “agotamiento sin causa”. En cambio, incorporar momentos breves de catarsis —una conversación sincera, una reunión sin agenda, incluso un meme grupal que ironice la situación— ayuda a descargar la tensión y a volver a conectar desde un lugar más humano.
Como decía Carl Gustav Jung: “Lo que no se hace consciente, se manifiesta en forma de destino.”
▸ ¿Te permitís hacer catarsis después de resolver grandes desafíos laborales?
▸ ¿Con quién o cómo elegís liberar esas emociones acumuladas?
▸ ¿Tu equipo crea espacios seguros para compartir lo que sintieron después de la presión?
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