Estaba divagando mientras trataba de abrir una bolsa de pan con una sola mano (la otra sostenía el celular viendo memes, prioridad es prioridad 😅), cuando me acordé de ese viejo dicho: el que mucho abarca, poco aprieta. Y ¡chan! me cayó encima la realidad del DevOps todólogo. Ese pobre mortal que termina siendo el pulpo de la oficina, con más tentáculos que permisos en el sudoers
🐙🔥.
Les cuento una cosa: en muchos equipos, al DevOps se le pide que sea medio ingeniero de redes, medio psicólogo, medio arquitecto cloud, medio bombero… y medio mago. Resultado: termina siendo un entero desastre. Porque sí, puede abarcar mucho, pero cada área la aprieta como quien intenta atornillar con una cuchara de plástico.
¿Y qué pasa? Que el sistema crashea, el equipo se frustra y el DevOps termina en posición fetal abrazando un plushie de Tux 🐧. Por eso, segmentar la labor no es solo sano, ¡es vital! Cada especialidad requiere foco: automatización, seguridad, infraestructura, monitoreo… no se pueden hacer todas al mismo tiempo sin que alguna quede a medio hacer o peor: hecha a lo loco.
Entonces mejor tener un pipeline claro:
✔️ Unos que armen la infra.
✔️ Otros que pulan los CI/CD.
✔️ Y alguien que se preocupe de que nada explote… o al menos que explote bonito 🎆.
En resumen, menos multitasking salvaje y más enfoque con cariño. Porque hasta los pulpos descansan de vez en cuando en sus cuevitas submarinas.
Bueno eso sería todo, nos vemos cuando vuelva a salir del agua con mis tentáculos organizados. 🐙💻
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